Posiblemente, el uso de los aceites esenciales como ambientadores sea el más conocido. Incluso tienes varias formas de aromatizar tu casa con ellos. Puedes servirte de un clásico quemador de cerámica, en el que se coloca en su parte inferior una vela y en el soporte superior se vierte agua con unas gotas de aceite. Al irse evaporando, su agradable olor invade el ambiente.
También puedes usar los aceites esenciales en los difusores de aromas, que se usan con frecuencia en aromaterapia. Y si lo tuyo son los ambientadores de espray, puedes preparar uno casero.
Solo tienes que llenar un difusor con el aceite esencial cuyo olor prefieras, agregar un poco de agua y refrescar el ambiente de tu hogar. El aceite de lavanda y eucalipto es muy buena opción, pero hay muchos otros.
Aceite esencial contra malos olores
Seguro que conoces el truco del bicarbonato dentro de la nevera para evitar los malos olores, pero si añades a ese vasito o esa cucharadita de bicarbonato unas gotas de aceite de granada, será mucho más efectivo y agradable. Introdúcelo en el frigorífico contra la pared del fondo.