El cuidado natural de la piel en verano
Enrique Sanz Bascuñana. Aromatólogo A.E.A.
Con la llegada del calor, días más largos, vacaciones, playa o montaña y actividades al aire libre, la piel se ve expuesta a los elementos de la Naturaleza de forma distinta al resto del año. Hay una serie de precauciones y observaciones a tener en cuenta para cuidarla de la mejor forma natural posible, sencillas y eficaces:
1.- No abusar del sol, tomarlo en las horas más bajas siempre que sea posible. Cuando no lo sea (marchas, deporte, etc.) protegerse con sombreros/gorras, ropa ligera pero que cubra las zonas de piel más delicadas.
Ten en cuenta que las cremas y productos de protección solar no son inocuas, contienen infinidad de productos químicos no tan “amables” como se dice y que nos intoxican (sólo tienes que ver el INCI del producto y buscar información sobre esos componentes y sumar dos más dos…)
Sólo el tiempo dirá (en pocos años) si el abuso de cosméticos con protección solar da más beneficios o perjuicios a la salud humana; de momento, se prescriben con total ligereza como si fuesen “lo mejor para la salud”.
Que yo sepa, lo que si es imprescindible para la vida es el sol, pero en ningún momento de la historia humana (salvo ahora) se ha hecho un uso “estético” del bronceado, exponiéndo al sol excesivamente pieles que no están preparadas para ello.
Los aceites vegetales no tienen suficiente poder de filtro solar como para protegerte eficazmente durante el tiempo que la piel necesita. Ten cuidado con lo que se dice por ahí al respecto. Aceites como el de sésamo, nueces, coco o avellana virgen tienen un limitado poder de filtración solar, que puede aprovecharse, pero siendo muy conscientes de dicha limitación.
2.- Después de tomar el sol, refresca y protege la piel con sustancias acuosas como hidrolatos y geles naturales de aloe vera, son fantásticos y ayudan muchísimo a su recuperación, aliviando instantáneamente las molestias habituales. Si te has quemado mucho, ponlos en compresas de algodón en las zonas afectadas bien empapados por ejemplo de hidrolatos como el de lavanda, menta piperita, manzanilla romana, jara y rosa. Busca siempre un aroma que te resulte agradable, no lo fuerces.
Después de tomar el sol, poner aceites esenciales en la piel muy castigada no es la mejor opción. Déjala que se recupere y trabaja con hidrolatos primero y con aceites vegetales después (los aceites esenciales y vegetales son elemento fuego, a veces no son buena opción en quemaduras), siempre buscando que te alivie y no te empeore la situación de la piel.
3.- Durante el día, es importante hidratarse muy bien. Lo mejor es agua de calidad, también zumos de frutas y frutas con mucha agua como la sandía, pero intenta siempre recordar que la piel se hidrata de dentro hacia afuera y no al revés. Los aceites esenciales, vegetales e hidrolatos no son hidratantes. Como máximo, protegen y evitan la deshidratación natural de la piel, o refrescan muy agradablemente en el caso de hidrolatos, pero no pueden sustituir a la ingesta correcta de líquidos. Las bebidas azucaradas y gaseosas y los alcoholes no son buenos sustitutos del agua, más bien al contrario, pésimos para la salud de la piel.
4.-Evidentemente, para tener una buena piel, también la alimentación es básica. Cuanto más sana, sencilla y natural sea, mucho mejor para el organismo. La cosmética no puede suplantar en ningún caso a una buena alimentación, para tener mejor la piel, no te dejes engañar por el marketing…
5.- Los factores medioambientales como contaminantes cada vez son más críticos a la hora de tener una mejor o peor piel, que no deja de ser un reflejo del estado de salud general del organismo. Vigila la exposición a contaminantes en la medida de lo posible. En el caso del verano, podemos ver agravada la situación ya que algunas sustancias en contacto con la piel y con sol muy fuerte producen reacciones de fotosensibilización, sensibilización, irritación o alergias. Por eso conviene ser especialmente prudentes ante la aplicación de cualquier cosa sobre la piel y la exposición a sol intenso.
6.- Por último, nunca olvidemos que unos cuidados naturales de la piel y la salud nunca pueden ir en contra de las leyes de la naturaleza.
El cuerpo humano tiene una forma de funcionar y unas cosas que le hacen bien y otras mal.
Pretender saltarse estas leyes con productos químicos artificiales, o lo que es peor, con pretendidos productos naturales que tienen el mismo efecto que los artificiales, es no haber entendido nada del sentido que tiene el cuidado natural del organismo y las propias raíces filosóficas del movimiento ecologista.
No caigas en el engaño mercantilista al que también está sometido nuestro sector y pon siempre por delante tu salud y la del medio ambiente.
Por ejemplo, piensa: si los protectores solares están destruyendo la vida en las barreras de coral donde muchos turistas occidentales que se bañan con ellos ¿crees que esos productos pueden ser sanos para tu organismo? …