En relación directa con los aceites esenciales ha surgido la denominada aromaterapia, que es una disciplina dentro de la medicina natural que emplea básicamente aceites esenciales en sus tratamientos.
El término aromaterapia fue utilizado por primera vez por el químico francés René Maurice Gatefossé, especializado en los usos cosméticos de las esencias.
Una aportación muy importante de la aromaterapia ha sido la profundización y el desarrollo de los tratamientos antiinfecciosos a partir de aceites esenciales, con los que se obtienen resultados equiparables, en muchos casos, a los de la antibioticoterapia, pero con menos efectos secundarios y poca aparición de resistencias. En este sentido, hay que destacar la técnica del aromatograma, que confirma experimentalmente el poder antibacteriano y fungicida de los aceites esenciales. Este procedimiento es semejante al antibiograma (sistema empleado para definir el poder de un antibiótico), pero se sustituyen los antibióticos por aceites esenciales.
En nuestro país, la ausencia de una legislación al respecto favorece el desarrollo de aplicaciones fantasiosas que entorpecen el trabajo de los profesionales de la aromaterapia, ya que hay que tener presente que para aplicar aceites esenciales con fines curativos se requiere criterio, prudencia y, sobre todo, unos conocimientos científicos básicos.
Para saber más…
* Un aceite esencial del que se esperan determinados resultados terapéuticos debe tener una calidad absolutamente garantizada.
* Las esencias extraídas con la ayuda de disolventes orgánicos volátiles (los llamados concretos y absolutos) no pueden, en ningún caso, ser consideradas aptas para uso terapéutico.
* La utilización directa (sin disolver) de un aceite esencial sobre el cuerpo es desaconsejable debido a las fuertes irritaciones que en la mayoría de los casos se originan.
* Por vía oral, no se deben sobrepasar las dosis indicadas que en general son de 1 a 2 gotas, tres o cuatro veces diarias, ya que los aceites esenciales son principios activos muy concentrados.
* No es recomendable ingerir un mismo aceite esencial durante más de 3 semanas seguidas.
* La administración de aceites esenciales no se recomienda en niños menores de 6 años.
* Las esencias son muy frágiles y agentes como la humedad, la luz, el calor o el aire pueden mermar sus propiedades químicas, por lo que han de conservarse en frascos de cristal oscuros, cerrados herméticamente y en lugar fresco y seco.
* No hay que confundir los aceites esenciales con los aceites vegetales.