Los aceites esenciales tienen infinidad de aplicaciones terapéuticas. Pero si no se eligen bien y no se aplican correctamente no ofrecerán los beneficios deseados. Te explicamos qué errores debes evitar.
1.Quedarte congelado al elegir los aceites esenciales que usarás
Existe una gran cantidad de aceites esenciales que puedes utilizar, y cada uno con cierto número de beneficios que puede desconcertarte un poco. Por eso, cuando llega el momento de elegir uno, muchas personas se aturden porque se quedan pensando en los problemas que deben tratar.
El resultado es que al final quizás termines por no elegir ninguno y continuar con esos problemas que tanto te están afectando. Para evitar esta indecisión te recomendamos elegir dos o tres tipos de aceite que se complementen en base a los problemas de salud más representativos. Procura comprarlos en pequeñas cantidades y prueba sus efectos a partir de ahí.
2. Comprar aceites esenciales sin haber estudiado un poco al respecto
Otro de los errores que debes evitar al usar aceites esenciales es usarlos “a ciegas”. Procura investigar un poco sobre ellos y sus beneficios para la salud. Antes de elegir los que comprarás, revisa si hay alguna clase de contraindicación o recomendación.
Por ejemplo, el aceite de orégano es muy fuerte y alto en fenoles, por lo que debe diluirse un poco para evitar enrojecimiento o mareos. Si tienes dudas, puedes preguntar en el establecimiento donde los compres.
3. Mezclar los aceites esenciales con agua
El tercero de los errores que debes evitar al usar aceites esenciales es un error de novato y no debes sentirte mal si lo has cometido. Antes dijimos que hay aceites que deben diluirse para evitar efectos secundarios molestos, pero nunca debe hacerse con agua, sino con otro aceite.
El aceite más básico y que sirve para combinar con cualquiera es el de almendras. Tan solo debes mezclar ⅓ de aceite de almendras con ⅔ del aceite que deseas usar.
En caso de que vayas a aplicar el aceite en niños o bebés es muy importante preguntar primero a un experto. Recuerda que la piel de los pequeños es más sensible.
4. Aplicar los aceites esenciales cerca de tus ojos sin el cuidado correcto
Otro de los errores que debes evitar al usar aceites esenciales, y con cualquier otro producto, es aplicarlos sin proteger tus ojos.
Muchas mujeres buscan alargar sus pestañas o tener unos ojos más lindos, por lo que aplicar ciertos aceites es parte de su rutina de belleza. Eso está muy bien siempre que se aseguren de que no caiga aceite dentro del ojo.
La forma correcta de aplicar los aceites es usando un hisopo o un pañito humedecido con una gotita o dos de aceite. Luego se debe pasar suavemente y sin presionar.
Las pestañas o el párpado debe quedar ligeramente húmedo pero sin excesos. En caso de que entre un poco de aceite en el ojo es importante que lo enjuagues con suficiente agua limpia. Probablemente quede un poco rojo, pero es normal. Después de enjuagar, es buena idea que acudas al oftalmólogo solo para asegurarte de que no hay ningún daño.
5. Usar los aceites esenciales con demasiada frecuencia o casi nunca
El quinto de los errores que debes evitar al usar aceites esenciales va directo a los extremos. Algunas personas se enamoran tanto de los beneficios de estos aceites que los usan cada par de días. Otras los usan una sola vez y esperan que con eso los beneficios se mantengan a lo largo del tiempo.
Estas dos posturas son igual de equivocadas. Por lo regular, deberás usar los aceites una vez a la semana, pues sus efectos son graduales y pueden perderse con mucha facilidad.
6. Elegir los aceites solo porque disfrutas su aroma
Sabemos que muchos aceites esenciales tienen un aroma delicioso y que cada uno tiene sus esencias favoritas. Sin embargo, comprar un aceite solo porque te gustó cómo huele y esperar a que resuelva tus problemas no es una buena idea.
Es mejor hacer una búsqueda previa para identificar los aceites que te ayudarán a tratar los malestares que quieres corregir. Luego, basándote en esta información, puedes elegir los del aroma que más te agrada.
De esta forma evitas complicar tus problemas. Por ejemplo, mucha gente disfruta el aroma de la lavanda, pero no saben que esta tiene efectos sedantes y calmantes.