La aromaterapia aprovecha las propiedades de los aceites esenciales extraídos de las plantas aromáticas, para restablecer el equilibrio y la armonía del cuerpo y de la mente para beneficio de nuestra salud y belleza. Destacamos entre sus propiedades:
- Analgésica: suavizan el dolor como el incienso y la lavanda.
- Calmante: mitigando la excitación en el cerebro, aportando calma como la lavanda.
- Antiinflamatoria: contrarrestan la inflamación como los cítricos: naranja y limón.
- Estimulante: actúan sobre la digestión, disminuyendo la hinchazón del vientre como la albahaca y la menta.
- Regeneradora y cicatrizante: mejoran la regeneración y cicatrización de la piel como el incienso y el geranio.
- Tonificante: activan la circulación como el ciprés y el romero.
- Bactericida: tienen la capacidad de destruir gérmenes resistentes.
Para obtener estos efectos es imprescindible utilizar aceites esenciales naturales extraídos de plantas. Existen en el mercado esencias sintéticas, (absolutos) las cuales carecen de estas propiedades. Es importante utilizar aceites esenciales que hayan sido extraídos de forma natural (por destilación o presión), sin emplear disolventes o procesos químicos que puedan alterar sus propiedades.