Al portar cada aceite las propiedades específicas de su planta de origen, encontramos diferentes utilidades. La mayoría de los aceites, en mayor o menor medida, actúan como:
- Antibióticos,
- Antiinflamatorios,
- Antisépticos,
- Regeneradores celulares,
- Relajantes,
- Tonificantes…
Para tratar las pieles secas, irritadas, cansadas o congestionadas, te recomendamos el aceite esencial de lavanda, zanahoria o ciprés. Otros de los aceites esenciales más populares son el de orégano y el de enebro que actúa como anticelulítico y drenante para afinar la silueta.
Tu pelo también se beneficiará de los aceites esenciales: el de romero devuelve el resplandor a los cabellos débiles, el de eucalipto sanea el cuero cabelludo, el aceite de salvia estimula el crecimiento del pelo y el de menta aporta vigor al cabello. El aceite de pachuli reduce el acné y el de limón purifica las pieles grasas. Para relajar el cuerpo, la naranja y la mandarina. Para todo lo contrario, el jazmín, afrodisíaco.
Cuando descubras el mundo tan amplio alrededor de los aceites esenciales querrás hacer alquimia en casa. Con su uso, irás conociendo todas sus propiedades, formas de usarlos, precauciones a tener en cuenta… Te resultará muy divertido probar mezclas y crear tus propios remedios caseros. Descubre también los beneficios que tiene para los bebés y las embarazadas. Pero si aún no te atreves a sacar probetas y tubos de ensayo, esta idea también es muy atractiva. Atención: tómate un rato para ti, elige el aceite que quieras probar, llena la bañera de agua caliente, baja la luz, añade unas pequeñas gotas de aceite en el agua, aspira el aroma, siente cómo actúa sobre tu piel y reláááájate…