LA AROMATERAPIA
La aromaterapia es la terapia que utiliza aromas que provienen de la naturaleza, plantas, flores, arbustos, con fines curativos.
El proceso requiere de la destilación del vegetal para captar lo que se denominan Aceites Escenciales, estos aceites serán los encargados de transmitir las propiedades naturales por medio de aplicaciones y tratamientos.
La facilidad de absorción de la piel permite que los componentes activos penetren directamente en le organismo, mejorando nuestro sistema, y actuando sobre la circulación sanguínea, los tejidos, los órganos, etc., mejorando las diferentes dolencias tanto físicas como psicológicas.
BENEFICIOS
Además de hidratar y nutrir en superficie, lo más importante de estos Aceites Esencias son sus virtudes relajantes, tonificantes o descongestivas, captadas al instante por el olfato y que constituyen toda una ciencia curativa: La Aromaterapia.
El potencial de los aceites esenciales tiene una correspondencia directa con la fitoterapia y las propiedades de las plantas medicinales.
- Contrarrestar el insomnio
- Reducir el stress
- Disminuir la ansiedad
- Aliviar el dolor
- Quitar la depresión
- Aumentar las defensas inmunológicas
- Corregir problemas estomacales crónicos
- Se pueden utilizar para higienizar una habitación, ropa o artículos personales de la persona enferma
- Evitar contagios
- Despejar las vías respiratorias
- Aumentar las defensas del organismo
- Fluidificar las secreciones
- Mejorar el sistema inmune
- Calmar la tos
- Dolor de garganta
FORMAS DE APLICACIÓN
Es importante recalcar que los aceites no deben ingerirse nunca, ni aplicarse tampoco directamente sobre la piel. Por eso, se usan siempre diluidos en agua, mezclados con los llamados “aceites base” (aceites neutros) o por difusión en el aire.
- Masaje: Uno de los métodos de aromaterapia más eficaces, pues a la eficacia de los aceites esenciales se une el poder terapéutico del masaje. En un aceite base (de almendras dulces o de albaricoque, por ejemplo) se diluye de un 2,5 % a un 5% de aceite esencial, dependiendo del extracto elegido.
- Baño: Podemos echar varias gotas de aceites esenciales sobre el agua tibia de una bañera y luego sumergirnos durante 15 o 20 minutos. Por este medio estamos tanto aspirando el vapor de los aceites esenciales como permitiendo que estos penetren a través de nuestra piel. Si lo prefiere puede mezclar de 3 a 5 gotas de aceite esencial con tres cucharadas de miel de abeja antes de echarlo en el agua.
- Inhalación: Podemos echar algunas gotas en un pañuelo y oler o podemos echar de 6 a 12 gotas en una olla de agua hirviente, luego colocamos una toalla o manta que cubra tanto nuestra cabeza como la olla e inhalamos el vapor durante varios minutos. Se debe tener la precaución de no acercarse demasiado ya que podemos quemarnos la cara con el vapor.
- Difusión: Existe en el mercado una amplia variedad de productos para llenar el espacio de una habitación u oficina con el aroma de los aceites esenciales. Estos productos, llamados difusores o atomizadores, esparcen los aceites esenciales formando una nube de diminutas partículas. Estos difusores pueden ser de utilidad en casos de afecciones respiratorias o simplemente para llenar el aire con una fragancia ya sea calmante o estimulante.
- Compresas: Estas pueden ser frías o calientes. Se utilizan para aliviar dolores de cabeza, y molestias musculares. Se pueden añadir de 5 a 10 gotas de aceites esenciales a 4 onzas de agua. Se empapa una toalla en esta solución y se aplica al área dolorida.
COMPOSICIÓN
La composición de una esencia puede cambiar con la época de la recolección, el lugar geográfico o pequeños cambios genéticos. En gimnospermas y angiospermas es donde aparecen las principales especies que contienen aceites esenciales, distribuyéndose dentro de unas 60 familias. Son particularmente ricas en esencias las pináceas, lauráceas, mirtáceas, labiáceas, umbelíferas, rutáceas y asteraceas.
En un Aceite Esencial pueden encontrarse hidrocarburos alicichcos y aromáticos, asi como sus derivados oxigenados; Ejm: alcoholes, aldehidos, cetonas, ésteres, etc., substancias azufradas y nitrogenadas.
Los compuestos nos frecuentes derivan biológicamente del ácido mevalónico; se les cataloga como terpenos: menoterpenos (C10) y sesquiterpenos (C15). Para ilustrar las variadas estructuras que pueden encontrarse en los aceites esenciales, se verán las principales contenidas en la esencia de romero (del Rosmarinus officinalis): hay -pineno (a), canfeno (b), cineol (c), limoneno (d), alcanfor (e), borneol (fi y su acetato, cariofileno (g). En la esencia de menta (de Mentha piperita) se encuentra mentol (h), rnentona (i), felandreno (j), cadineno (k), limoneno (d), -pineno (a), mentolfurano (m), isovalerianaldehído (y), cariofileno (g), etil-n-amilcarbinol e isovalerianato de metilo. En la esencia de anís (Pimpinella anisum) hay anetol (n) (70-90 %), estragol (o), anisona (p), p-metoxifenol, eugenol (q), anisaldehído (r) y vainillina (s). Otras substancias interesantes son: la nepetalactona (de Nepeta catoria) bisaboleno (u), humuleno (u) (Humulus lupulus), vetivona (de Vetiveria zizanioides) y zerumbono (de Zingiber zerumbei.