Cuenta la leyenda que Cleopatra utilizó aceite esencial de rosas para eclipsar a Marco Antonio con su belleza. Lejos de artimañas de conquista, la realidad es que el uso de los aceites esenciales se remonta miles de años atrás, por lo que están considerados una de las formas más antiguas de cosmética y medicina. Los aceites esenciales son concentrados de materia prima vegetal, intensamente aromáticos, no grasos, volátiles y ligeros obtenidos directamente de plantas, raíces, flores, hojas, árboles… Es un compuesto químico natural que podemos utilizar como remedio casero en numerosas situaciones. Además, en la aromaterapia, los aceites esenciales son usados con fines terapéuticos.
Hay tantos tipos de aceites esenciales como plantas de las que se pueden extraer. El proceso de creación de un aceite esencial es físico (destilación o extracción), no químico, con lo que se logra mantener las propiedades específicas de la planta de la que se obtiene. Para la creación de cualquier aceite esencial se requieren grandes cantidades de su materia prima. Por ejemplo, un litro de aceite esencial de rosas necesita 4 toneladas de flores recogidas a mano. ¡4 toneladas!