¿Cómo funcionan?
Aunque la aromaterapia se usaba en la antigüedad para influir en las emociones, investigaciones recientes nos han demostrado que es más que una tradición, y existe una explicación científica de cómo los aromas afectan el estado anímico.
Cada vez que inhalamos un aroma, como el de un aceite esencial, éste se procesa en el cerebro. Más específicamente, después de la inhalación, el aroma se procesa en lo que se conoce como el sistema olfativo o bien, la parte del cerebro que controla nuestro sentido del olfato.
El sistema olfativo está conectado al sistema límbico, la parte del cerebro que almacena nuestras emociones y recuerdos. Cuando el aroma llega al sistema límbico, el cerebro genera una respuesta basada en nuestros recuerdos que se relacionan con ese olor particular. Esta respuesta a menudo causa una avalancha de emociones que pueden describirse como una respuesta emocional. Si bien cada uno tiene experiencias y recuerdos diferentes, es posible utilizar los aceites esenciales para generar una respuesta emocional deseada. Muchos aceites esenciales contienen propiedades químicas que generalmente relajan o tranquilizan. Esto nos permite elegir uno con un perfil químico único, con el propósito de provocar una respuesta específica.