Ya en el mes de diciembre, cerramos esta vuelta alrededor del Sol con otro árbol sorprendente y extraordinario, el eucalipto (radiata) Eucalyptus radiata es su nombre botánico.
Este árbol, de origen australiano, ya es un viejo conocido para los amantes de la aromaterapia.
Poco a poco se ha ido haciendo un lugar importante y desplazando al más empleado Eucalyptus globulus. Si no encuentras radiata, puedes emplear también globulus.
Es importante que nos situemos siguiendo a nuestros antepasados celtas: nos encontramos ante el tiempo final de un ciclo que se agota completamente.
Ese ciclo ha tenido su energía, su información y su repercusión en nuestra trayectoria vital.
Muerto y enterrado en el ciprés, ha estado “hibernando” un tiempo bajo el calor de la alegría del naranjo (como una semilla bajo tierra) y ahora, recibe el impulso del eucalipto, un árbol enorme de rápido crecimiento, que con su energía va a permitir que esa semilla, que se encuentra en estado latente pero viva, prosiga con el impulso que el eucalipto le proporciona en un nuevo momento del ciclo vital.
El eucalipto nos va a “bautizar” a una nueva vida, a un nuevo territorio a recorrer en nuestro trayecto por el Universo.
Nos experimentamos en este mes como el gusano que sale del capullo ya como mariposa y experimenta el mundo de una forma absolutamente diferente a la anterior.
Nos experimentamos en este mes como la semilla que se transforma en brote y plántula, saliendo de debajo de la tierra y extendiendo su tallo hacia el Sol y sus raíces hacia el fondo de la tierra…
Usos en diciembre:
– Vahos, inhalaciones, difusión ambiental
– Masaje en pecho y espalda diluido convenientemente en aceite vegetal
– Si no estamos enfermos no es necesario usar grandes cantidades del aceite esencial. Por su intensidad aromática, se nos va a presentar fácilmente en bajas diluciones también.