La aromaterapia es un derivado de la medicina herbaria, que es en sí misma un subconjunto de las terapias biológicas o naturales de la medicina complementaria y alternativa (MCA). La aromaterapia se ha definido como el uso terapéutico de los aceites esenciales provenientes de las plantas para mejorar el bienestar físico, emocional y espiritual.
Los aceites esenciales son sustancias líquidas volátiles que se extraen de los materiales de plantas aromáticas por destilación al vapor o por prensado mecánico. Los aceites esenciales que se producen con solventes químicos no se consideran aceites esenciales auténticos, ya que los residuos de los solventes pueden alterar las propiedades de los aceites esenciales y cambiar la fragancia o producir irritaciones en la piel.
Los aceites esenciales se componen de una gran variedad de productos químicos que son metabolitos que se encuentran en varias plantas. Entre los componentes químicos principales de los aceites esenciales están los monoterpenos, los ésteres, los aldehídos, las cetonas, los alcoholes, los fenoles y los óxidos, que son volátiles y a veces producen olores característicos. Los diferentes tipos de aceites esenciales contienen cantidades variables de cada uno de estos componentes, que se dice otorgan a cada aceite esencial su fragancia específica y características terapéuticas. Es posible que las especies de plantas tengan quimiovariedades diferenciadas (subespecies que producen aceites esenciales con composiciones químicas diferentes debido a características genéticas diversas y según las condiciones de crecimiento). Por lo tanto, los aceites esenciales de estas plantas tienen varios quimiotipos que se diferencian en la composición química y tal vez produzcan efectos clínicos distintos. Cabe resaltar que la composición química de los aceites esenciales es distinta de la composición de los aceites (grasas) que se consumen en los alimentos.
Con frecuencia, los olores sintéticos se elaboran a partir de los mismos compuestos que forman los aceites esenciales. Estos compuestos se sintetizan y por lo general se combinan con otras sustancias químicas que producen olor. Sin embargo, las fragancias sintéticas a menudo contienen irritantes, como disolventes y propulsores que desencadenan sensibilidades en algunas personas.