Los aceites esenciales se degradan con el tiempo y sus constituyentes se oxidan y se hacen inestables. La vida media de los aceites esenciales se calcula desde el primer día que se abre el recipiente que los contiene. Hay que tener presente que los aceites esenciales son volátiles por naturaleza; es decir, no sólo se evaporan sino que las partículas más ligeras desaparecen rápidamente alterando la composición molecular del aceite. Para impedir que ésto ocurra, asegúrese de que los frascos de aceite poseen una tapa de rosca que cierre herméticamente. Si los guarda en el frigorífico y están perfectamente cerrados, pueden prolongar notablemente su vida y sus cualidades.
Si los aceites esenciales se conservan en frigorífico, se recomienda guardarlos en una caja hermética para evitar que la fragancia se extienda a otros productos almacenados. Dentro de un frigorífico, la mayoría de los aceites esenciales se conservan más de dos años, mientras que a temperatura ambiente se conservan, en general, sólo un año. Las excepciones a esta generalidad la tienen el aceite de bergamota y el aceite de naranja obtenido por presión fría, cuya vida media es la mitad del resto de aceites.
Conserve sus aceites esenciales en un frasco preferiblemente de cristal (porque el polietileno tiende a absorber los aceites esenciales), que esté bien cerrado, sea de color marrón o ámbar, colóquelo en un lugar seco, lejos de la luz y el calor, y fuera de la vista y el alcance de los niños.
Para conseguir los mejores resultados no se debe guardarlos mezclados con el aceite portador durante mucho tiempo. Los aceites esenciales naturales tienen una vida mucho más larga (hasta 18 o 24 meses) si se almacenan en estado puro.