La creciente preocupación de los consumidores por los conservantes de los alimentos ha impulsado la investigación de alternativas naturales, tan o más efectivas que las de origen químico, como los aceites esenciales vegetales.
Un artículo de la revista científica Frontiers in Nutrition comparte una investigación de expertos sobre el potencial de los aceites esenciales en la conservación de la carne y productos cárnicos.
Se trata de aceites obtenidos de semillas, cáscaras, frutas o flores, como las nueces, el orégano, el tomillo, la canela, el romero y las frutas. Resulta que estos tienen compuestos bioactivos que pueden actuar como conservantes naturales y frenar el crecimiento de bacterias patógenas, como la listeria monocytogenes en la carne, responsable de infecciones alimentarias graves y que registra una tasa de mortalidad del 30%.
Actualmente, para eliminar la listeria se utilizan aditivos antibacterianos, conservantes sintéticos y tratamientos de alta presión y térmicos.
Gracias a su potencial antimicrobiano y antioxidante, el uso de los aceites como conservantes naturales satisface la demanda de los consumidores de alimentos seguros. Cabe recalcar que este estudio se encuentra en fase de prueba, por lo que, hasta que no sea verificado, solo puede aplicarse por empresas de la industria alimentaria y no así por personas particulares.
Se ha demostrado que los aceites cumplen una actividad ‘antibiofilm’ que impide que los microorganismos patógenos queden adheridos en las superficies de los equipos de industrias alimentarias tras las rutinas habituales de limpieza.
Actualmente se conocen unos 3.000 tipos de aceites esenciales y solo unos 300 se utilizan en diversas industrias, cosmética, farmacéutica y alimentaria, lo que muestra que no se ha explotado todo su potencial.